Fuente: La Razón
12 de enero de 2008
El de ayer ha sido el penúltimo episodio de la polémica sobre las clínicas abortistas. Todo se inició el pasado día 26 de noviembre cuando la Guardia Civil procedió a la detención de seis personas relacionadas con la presunta ejecución de abortos ilegales. Entre ellos estaba el doctor Morín, que ya estuvo en prisión en 1989 por la práctica de abortos ilegales en una clínica de Alicante. También en Barcelona, el 17 de diciembre, fueron arrestadas otras siete personas vinculadas a estas supuestas prácticas. Se trataba de tres ginecólogos, dos anestesistas y dos psiquiatras. Sin embargo, el escándalo traspasó los límites de Cataluña y llegó hasta Madrid. En la capital, el 10 de diciembre, fue clausurada una fililial de la polémica clímica. Según la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el motivo fue la detección de una serie de irregularidades en el centro médico. Apenas tres días después, la clínica Mayrit también estaba en el disparadero. De nuevo una inspección de la administración autonómica ponía bajo sospecha a sus responsables. Allí, los inspectores hallaron carpetas sujetas con gomas con la inscripción «destruir» y una serie de informes psiquiátricos sin rellenar pero firmados y sellados. La respuesta de las clínicas no se hizo esperar y el día 8 iniciaron una huelga denunciando la falta de seguridad jurídica de sus profesionales.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario